El diseño gráfico y el arte comparten similitudes en cuanto a la creatividad y la expresión visual.

El diseño gráfico a menudo se basa en principios de diseño, como el equilibrio, la proporción y la jerarquía visual, los colores… Para llevar a cabo estas creaciones, los diseñadores utilizamos herramientas y "softwares" específicos para producir diseños precisos y coherentes.

El diseño gráfico no solo se basa en crear soluciones específicas para un cliente, sino que, muchas veces, se enfoca en la expresión personal y la exploración creativa sin tener que cumplir con un propósito específico.

Los artistas trabajan con una amplia gama de materiales y técnicas, podríamos decir que para los diseñadores, el ordenador es una técnica y herramienta más.

A menudo los diseñadores nos valemos de nuestras propias experiencias, sentimientos y perspectivas para crear diseños, como por ejemplo, un catálogo, un logotipo o una ilustración. Un diseñador gráfico creativo no para de observar a su alrededor, de aprender nuevas formas de expresión y siente verdadera pasión por lo que hace, puesto que al final, no solo es un trabajo remunerado, sino que además esperan la satisfacción del cliente.

¿Cómo creéis que se siente un artista cuando su obra no es comprendida? Pues así mismo se siente un diseñador creativo.
Y es por eso que un buen diseñador debe amar su trabajo y ponerle pasión, así como lo hacen los artistas.

Un diseñador enfoca su trabajo basándose su creatividad y se apoya al mismo tiempo en las diversas plataformas, las cuales le ayudan a crear y plasmar lo que el cliente tiene en mente.

Como resultado de estas dos combinaciones se obtiene un trabajo que expresa, emociona y da un mensaje de forma clara y atractiva visualmente hablando.